lunes, 9 de noviembre de 2009

Victimarios inocentes

puntodevista

Todos los chilenos debemos oponernos a estas maniobras. La dignidad tiene sus límites y debemos aprender a respetarnos a nosotros mismos. Me inquieta que El Mercurio, que se precia de serio y de normar el camino del país, pueda tener tan poco criterio y falta de dignidad, desde el que escribe hasta el que lo imprime.

por JOSÉ VENTURELLI
02 / 11 / 09


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La acusación del Ministerio del Interior de que los padres Mapuche "usan a sus hijos de escudos" es una vergüenza para todo el país. Carabineros, mediante sus propios altos mandos y el Ministro Pérez Yuma y su secretario del interior, Patricio Rosende, (que es quien hizo abiertamente este tipo de declaraciones, aunque lo dicen muchos otros en esos niveles), demuestran que están convencidos de su condición de "salvadores de Chile contra el mal". Todos son terroristas, según ellos. Los patrones de conducta del abusador no varían mucho. Sucede que se conducen como todos los represores y que mentirán de cualquier forma para justificar su violencia y ausencia de sentido de justicia y democracia. Chile ya vivió eso cuando lo decían a cada hora por todos los medios de comunicación. Se les pegó el discurso que hicieron desde 1973. Acusar a las víctimas de ser ellos los que tienen la culpa de que los niños sean heridos... Las imágenes que puedan mostrar no tienen valor alguno. Esta es una táctica inmoral y muy vieja. No la acepto como persona y mucho menos como pediatra.

Creer que la gente, cuando los agreden a cualquier hora del día o de la noche, cuando les lanzan bombas de humo, bombas incendiarias, los vienen a golpear y disparan contra ellos van a salir de sus casas sin sus hijos. Por supuesto que los llevan a su lado, no de escudos sino que esperan que no los asalten y agredan como sucede. ¿Los balines a los niños les llegan cómo? Y si están allí los niños y carabineros se supone que los respetarían a todos los ciudadanos, ¿por qué diablos disparan, golpean y humillan a comunidades enteras? ¿Cuándo un joven de 15 años -aun un niño en las definiciones de hospitales- va a preguntar por su padre detenido en forma ilegítima e ilegal, por qué lo patean en la cara? Y luego, ¿ por qué cuando llegan a los hospitales, los heridos son detenidos por carabineros o la PDI para volver a más violencia?

Esto se debe divulgar. Va a provocar mucho debate porque es muy importante. En Vietnam acusaban a las familias de esconder a sus hijos en los túneles... y afuera les lanzaban bombas de NAPALM. Los represores son iguales... No es por nada que los de Chile los entrenaba Pinochet, él mismo bien formado, con sus oficialitos, por los EEUU's. En la formación de carabineros, el que los entrenen en las formas de como torturar es sólo prueba de sus mentiras y de sus objetivos totalmente ajenos a los principios de democracia. Hay que estar muy desquiciado para creer que para defender los derechos de las personas y asegurar que la democracia debe ser para todos, ellos deban hacer esto. Y lo justifican con una cara dura que espanta. Porque los entrenan, -ya que eso no es educar- a los que se quiere que no piensen y actúen con puros reflejos y violencia, como a los mastines, se les entrena... La educación debe crear personas que piensen y sean críticas. Y como fueron entrenados, entonces, se justifican. El problema es cuando el gobierno les aplaude y los encubre. Para agregar más daño a todo esto, el gobierno pretende ahora criminalizar a quienes denuncien este tipo de situaciones y bloquear la pequeña libertad de informar que permite la Internet.

Esto es un tema muy delicado que enloda la dignidad de muchos. Estoy seguro que muchos miembros del gobierno, de los parlamentarios y personas comunes se van a sentir ofendidos con esta mentalidad. Pretender que UNICEF, que defiende a los niños por el mundo entero, va a aceptar estos conceptos es pensar que el mundo, que aborrece la violencia contra los niños, lo va aceptar. Eso demuestra no entender nada. Nuevamente, la necesidad de una nueva constitución, democráticamente generada, participativa, es uno de los caminos para hacer la transición a la democracia que el estado chileno -con su co-gobierno concertación-alianza rechaza tozudamente. Creer que el país sólo debe preocuparse de una economía sin equidad y de "hacer cumplir las leyes"(actuales, hechas por la dictadura para que nada cambiase) es no aceptar que la democracia es una urgencia. O pertenecer a mentes represivas como las que generaron la Constitución en uso.

Mientras tanto, todos los chilenos debemos oponernos a estas maniobras. La dignidad tiene sus límites y debemos aprender a respetarnos a nosotros mismos. Me inquieta que El Mercurio, que se precia de serio y de normar el camino del país, pueda tener tan poco criterio y falta de dignidad, desde el que escribe hasta el que lo imprime. TODOS debemos ejercer el sentido de auto-crítica para evitar que nos transformemos en cómplices de atrocidades del tipo que crecientemente vemos en nuestro país. Por ello debemos desraizar la represión para que nunca más nadie la use o la justifique.

Por eso debemos tener mucho cuidado: Hacer como el estado, es decir, lanzar estas acusaciones irresponsables, es justificar su propia violencia y victimizar a aquellos que reprime. En las Naciones Unidas, Chile lo volvió a hacer... Esperaba algo de dignidad de un embajador (me dijeron que “yo creía en el sueño del pibe”...) pero, ya nadie se las cree. Jamás debemos aceptar que se acuse a los golpeados, a los baleados, torturados, humillados, a los muertos y desaparecidos “de que ellos tienen la culpa y de que si se quedaran tranquilos, nada les pasaría o habría pasado”. Eso es pretender que las injusticias sigan para siempre. Y que los que se aprovechan del estado actual del país sigan usufructuando de una sociedad que no logra salirse de la inequidad, de las injusticias, del autoritarismo y de unas leyes que fueron, simplemente, resultado de la pesadilla dictatorial. Para nunca más.



* Venturelli es Pediatra. Portavoz, Comisión Ética contra la Tortura, Secretariado europeo.

Tomado de AZKINTUWE.ORG (Periódico del PAÍS MAPUCHE).

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